sábado, 31 de marzo de 2007

Las maletas


Hoy quiero describir el viaje a la casa de mi abuela. Tal vez, como un homenaje a su recuerdo y a mis raíces.

Recuerdo que todo comenzaba a mitad de año cuando mi madre decía que viajaríamos al campo. Yo me imaginaba montando el caballo blanco de mi tío, con mi cuchillo y pistolas(tipo explorador del oeste). Siempre esperaba que me regalaran mi cuchillo...nunca llegó(pinshe...viejo pascuero ni me pelaba). Así se iba acercando enero la fecha en que viajábamos desde Santiago a Los Angeles, Santa Barbara y El Huachi.(si donde está ahora la represa de Endesa. VIII Región.).

Veía a mi madre haciendo las maletas y llevando ropa por si llueve, por si sale el sol, por si esto, por si lo otro. Eran rumas de maletas para una estadía, de a lo mucho, un mes.

Empezaba la odisea de viajar en tren. Había que ir temprano a la estación tipo 17:00 horas para agarrar asiento(mmm..que mal piensan. Digo de los para sentarse, no como se usa ahora en los metros de agarrar asientos...si no preguntenle a una dama del DF, México). Nunca supe porque le ponían de 1ª, 2ª o tercera clase a lo vagones. Yo los veía igual. El chiste era atinarle al tren que llevaba tu destino...olvidence de los letreros digitales de ahora. Era una simple pizarra que decía: "orario de zalida 21:00 horas, destino Puerto Montt. vuen biaje". La gracia del español es que igual se entiende...jijiji

Poco a poco el vagón se iba llenando y mis padres no aparecían. El tren salía a las 21:00...de pronto ella ...mi madre con sus maletas y su fiel escudero. El vagón de carga no alcanzaba...jijiji. El hecho que el vagón estaba lleno hasta la pisadera y teníamos que subirla, a mi madre, por la ventana. Para eso ya habíamos peleado con medio mundo para mantener nuestros asientos reservados de primera clase. EL silbato del tren avisaba su partida...mi madre y padrastro se sentaban, mi hermano se subía a la parrilla de maletas interiores y yo bajo los asientos. Al pasar el rato me dormía, no se si por el vaivén del tren o el olor a patas que invadía el vagón. El metro de Santiago de hoy..no es nada comparado con lo lleno del tren. Cuanto romanticismo en eso viajes. Hacías amigos y amigas porque el viaje duraba toda la noche, bueno casi toda.

A las cuatro de la mañana había que trasbordar a un tren que iba a Los Angeles, porque el que íbamos su destino era Puerto Montt. Comenzaba nuevamente la odisea de las maletas, había gritos, pisadas, empujones...pero, ni modo había que bajarla. Adivinaron...por la ventana.

El tren a Los Angeles era a carbón, claro...tipo oeste solo faltaban los pieles rojas. No se a quien se le ocurrió pintarlos de negro, sumenle el humo y la noche...utas!....como costaba encontrarlo.

Se iniciaba el viaje con un silbato y el sonido de una campana....el humo cruzaba los vagones y al final quedamos mas negros que africano tostado.

Que lindo vaivén del tren...solo semejante, ahora, a hacer el amor en un catre suelto.

Ahí veía pasar el Salto del Laja....el nombre debe ser que el Señor Laja salto de ahí o algo así. Eso me indicaba que faltaba poco para llegar a nuestra primera posta.

Comenzaba a clarear o le dejaban de hecharle carbón al tren...el hecho es que se detenía en la estación de Los Angeles y había que bajar....adivinaron otra vez...las maletas.

A desayunar......

Mc Donald?...noooo.....era golpear una casa y pedir agua caliente para hacer café...en plena calle, tipo París. Eran las 07:00 de la mañana, la micro que subía al Huachi salia a las 17:30., teníamos que hacer el día esperando su salida. Mientras, si te daba sed...una soda?...nooo...tomaba agua de un abrevadero de caballos( de ahí quedé con la costumbre de relinchar).

Por fin, la hora de salida de la micro...uuf!..de nuevo las maletas ala parrilla de la micro. Ya sabrán como son esas micros...te sientas y al lado tuyo hay un Señor cara de chancho(cerdo). Cuando te habla: join...join!!, recien te das cuenta que en realidad es un cerdo. Que importa si con la tierra, del camino, que entra a la micro ni te das cuenta quien está a tu lado. Creo qué en eso viajes aprendí a hablar con los animales, a veces era un pato, otras un gallo, y así...
Eso hoy en día me sirve mucho cuando tengo que negociar con alguno de la Empresa...jijijij.

A mi derecha el río Bio-Bio con sus torrentosas aguas y unos 100 metros de ancho....dejenme presumirle que una vez lo atravesé a caballo. Uno se baja del caballo....obvio...no el caballo de uno y se agarra de la cola mientras el noble animal nada. Llegué al otro extremo con la cola...del caballo nunca mas supe. Si alguna vez ven un caballo muerto en la playa puede ser el mio. Era Rosillo...y una marca (SS) en sus ancas. Nooo...no era alemán, es que es de la familia Salazar - Silva.

Sigamos con nuestro viaje en micro. Por los saltos que daba creo que aún no inventaban los amortiguadores...era mejor ir parado que sentado, si no, mis glúteos(notece la finesa) llegaban morados.

A mi izquierda se veían los árboles que tanto amo...álamos, raulies, peumos, arrayanes, aromos, sauces llorones, entre cercas de troncos. Ovejas, vacas, bueyes y caballos pastan tranquilos ignorantes de mi épico viaje.

Mi madre inmutable, toda una señora, ha estas alturas ya somos africanos empolvados....pero ella no pierde su estirpe. A su lado su esclavo(con mucho respeto lo digo), pero cuando cargaba las maletas y mi madre adelante...pues...era lo que veía. Agregenle que con el humo del tren ya somos africanos.

Lindo viaje de tres horas en la dichosa micro, con ese tiempo terminaba de compadre del chancho(cerdo) que iba a mi lado.

Por fin la última curva y llegábamos al Huachi. Pueblo incrustado en los faldeos de la cordillera. Tierra de pehuenches. Pehuén=piñon. Su base alimenticia es la arina del pehuén.

Qué creen?....siii...bajar las maletas. Me despido de mi compadre chancho y me bajo a ayudar a bajarlas. Son las 20:00 ya llevamos 24 horas viajando.

Nooo..se equivocan...no hemos llegado. Faltan tres horas a pie hasta el fundo de mi abuela y claro con las maletas.

En ese camino ya no pasan las micros ni camiones, solo caballos y carretas y para darle emosión, al aburrido viaje, comienza a llover. El agua corre por mi cara y va dibujando rayas en ella. Sufro una metamorfósis, de africano me transforme en cebra.

A corteses jinetes le damos un mensaje a la familia Salazar que vamos en camino...ojalá manden caballos, vivos por supuesto.

Ya se..quieren saber si mandaron los caballos o no...lo siento..esta historia continuará.....


Una cebra
P.D.: Un saludo para el pueblo pehuenche que tanto a peleado por sus tierras con ENDESA. Mis recuerdos junto a ellos son más lindos que de accionista de ENDESA.

2 comentarios:

M dijo...

jajajaja... que recuerdos, aunque mis viajes no eran tan movidos como los tuyos, recuerdo las noches en el tren (con los universitarios que venian de vuelta de vacaciones) aaah que recuerdos

Hada de Luz dijo...

jajajajaja acá en el sur es tipico eso de viajar junto a animales y en micros ( más conocidas como rompehuesos) quedar como berlin con el polvo y caminar y caminar para encontrar a la familia.