Un Caballero azul...(bueno, gris).

Soy de una familia clase media de Santiago, nacido en providencia y criado en el barrio Brasil de la misma ciudad. Fue una niñez dura, sin amigos, ni hermanos, disciplina rígida implantada por mi madre, mi padre no lo conocí(aún así lo llevo en mi corazón...mucho de mi es parte de el). Excelentes calificaciones en la escuela(humildemente...claro), trabajé desde muy niño. A los 15 años partí de mi hogar para jamás volver, a los 16 ya cargaba un fusil, a los 20 me casé. Miles de partidas, miles de noches sin dormir, miedos y horrores. Ya no quiero recordar....aún Llegan pesadillas después de tanto tiempo. Quiero dejar el pasado atrás y comienzo mis empresas personales, tengo éxito por 5 años que me permitieron soportar económicamente la enfermedad de mi hija mayor(cáncer al útero), soporté el duro golpe, pero mi matrimonio ya no se pudo salvar por los embates de la vida y aunado a una mala asociación quebré.

En cuatro meses mi vida se vino al suelo...mi vida se acabó. Perdí todo...

Comienzo a vagar y mantenerme como pueda, en realidad no me importaba mucho. Solo me mantenía mi deporte favorito(regatas en yates a vela) los fines de semana en Algarrobo. Por esas cosas de la vida conozco una persona por Internet y desido viajar a México...que mas daba, aparentemente ya nadie necesitaba de mi(esa será otra historia).

Nunca pensé en la diferencia cultural, comida, educación ni nada...otro porrazo y aprendí. Otras historias intermedias......(próximos capítulos).

Un día navegando por Internet, en el D.f., México, confundí a Lulú con otra persona y comencé a escribirle por el IRC. Por extrañezas de la vida me agradó conversar con ella y todos los días nos escribíamos. En realidad comencé a vivir nuevamente, pero jamás pregunté la edad hasta que era demasiado tarde. Un amigo peruano, que siempre me ayudo y apoyó nunca estuvo de acuerdo con la relación. El problema es que uno no manda el corazón. Lo nacido, nacido esta.

Evadí viajes a conocernos con Lulú, hasta que ella cansada de esperar encontró otra persona. Tuve, entonces, la oportunidad de alejarme, total una herida mas no importaba con tal de no hacerla sufrir con la diferencia de edad. Pasó el tierno, un año, tal vez, y nos comunicamos....ella dice que yo...yo digo que ella. De hecho ella aún andaba con su niño...volvimos a ser amigos. Y volvió ha florecer eso guardado...pero tenía que morir piola(como dicen en Chile). Bueno o malo relación terminó y la nuestra volvió a su cauce.

Viajé a Monterrey a conocerla y a dejar mi capa y espada a su servicio. Me nombró caballero...nah!. Fue química H2O (dos de hidrógeno, uno de Oxigeno). Ella dice que cuando, desayunando, toque su brazo una corriente recorrió su cuerpo. Lo que no le he dicho es que tenía los dedos en un enchufe de corriente...

Ahora en serio, en ese momento nací de nuevo, el velo negro de mis desgracias salió de enfrente de mis ojos y crean o no...los colores los veía diferente. Comenzaron los viajes idas y venidas, pero siempre desee que terminara sus estudios porque si sus padres me fusilaban ella, al menos tuviera su carrera terminada.

Me trasladé a Monterrey, un fracaso el trabajo que llevé, pero al menos estábamos juntos.

Y qué creen?...se nos coló Roberto!!, Dios!, ahora si que estaba condenado a la hoguera por sus padres. Llegó el día que tuvimos que afrontar la situación...ella va primero a Torreón a explicar. Aún admiro su valor para hacerlo...luego me llama que debo ir. Rayos!!...me sentí como Emiliano Zapata...iba a una muerte segura. Pero quien se tilda de caballero y cubre su cuello con el pañuelo de la persona que ama que importa morir si es por su dama.

Mi suegro, señor norteño, observador no dice nada, mi suegra me quiere freír en un sartén...creanme que los entiendo y los quiero. Tal vez, en su caso, hubiera sido peor.

Terminado el juicio, mi suegra se ofrece llevarme a la terminal en su carro. Me pongo el cinturón de seguridad...no porque tuviera miedo de chocar o algo así....era para que mi suegra no me aventara del carro en marcha...jijiji.

Volvimos a Monterrey, en un tiempo, empezamos a vivir juntos. Ella trabajaba y yo hacia las cosas de la casa...todo un ceniciento. Fue una época linda...con presupuesto escueto, pero felices de estar juntos.

Retornamos a Torreón porque ya Roberto no quería esperar mas...y bendiciones para el. Mi suegra feliz con su nieto, hoy sus ojos, el pasado amargo quedó atrás. Luego vino Marco....roto chileno de sepa. Carita hermosa, pícaro ladino...uuh!...ni decir.

Hoy tenemos ocho años de conocernos, errores hemos cometido, pero el amor maduro hace perdonar y valorar lo que tenemos y somos. Siento que tengo lo que muchos envidiarían, son mi tesoro y Lulú una mujer especial a quien amo y daría todo por ella.

Le debo lo que toda mujer añora (casarnos), pero significa gastos que no puedo soportar, por el momento(no olviden que tengo que divorciarme también). Creo que para que una pareja esté junta no es necesario papeles y contratos, solo un amor maduro, férreo como la roca, hace la relación imperecedera.

La vida es un soplo, corta cuando no quieres, larga cuando no la deseas.

Lulú, solo quiero acompañarte, hasta donde el Jefe diga que ya debo ir a ver los Sistemas, pero trato de darte lo mejor de mi. Perdona si soy trabajólico, pero así me conociste y creo que no te gustaría diferente.

Ten fe, los sueños se hacen realidad...tal vez, un día llegue en mi caballo blanco a buscarte para llevarte al altar, y claro dos hermosos quirubines tocando el arpa.

Bueno, esta historia continuará...hasta la eternidad.

Chao lin